Envejecimiento y actividad física
Por: Lic. Mario Alexis Ayala P.
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Envejecer no es otra cosa
que darnos la oportunidad de vivir nuevas experiencias
El
envejecimiento definido como el conjunto de modificaciones que el factor tiempo
produce en el ser vivo, es un ciclo más de la vida del ser humano y como tal,
siempre llega.
Su llegada
conduce a una serie de pérdidas en las capacidades funcionales que, no sólo se
verán incrementadas con la falta de actividad física, sino que ésta (la
inactividad) opera de la misma manera que el envejecimiento.
Existen
algunos factores de riesgo para padecer enfermedades con la edad y la
inactividad: alimentación excesiva, hipertensión, tabaquismo y alcoholismo,
sedentarismo, osteoporosis, obesidad, estrés, soledad.
Entre los
factores que retardan el envejecimiento están: el sueño adecuado, actividad
física continuada, buena alimentación, participación social.
Se sabe,
pues que la edad (mayor edad), produce cambios estructurales, y una disminución
de las funciones fisiológicas. Han demostrado retrasos en estos procesos de
involución.
Así,
observaron como la fuerza disminuye menos en personas que han realizado
actividad física durante toda la vida. El número de capilares por unidad de
área no presenta diferencias en corredores de fondo jóvenes y ancianos. Por lo
que la entrenabilidad a estas edades es similar que en edades jóvenes.
Con relación
a aspectos óseos, se ha observado una densidad ósea mayor en atletas que en
sedentarios.
En cuanto a
la resistencia numerosas investigaciones al respecto, afirman que la
realización de un programa de ejercicio correctamente diseñado mejora la salud
y disminuye el riesgo de padecer enfermedades cardiacas.
En general,
se considera que una actividad física vigorosa regular produce mejoras en el
individuo a cualquier edad.
Lógicamente
se producen disminuciones asociadas con el envejecimiento, pero, a pesar de
ello, los deportistas de edad avanzada pueden rendir a un elevado nivel.
El ejercicio
físico también repercute de forma positiva en aspectos psicológicos. Las
actividades deportivas incrementan la sensación de logro personal, los
sentimientos de competencia y auto-eficacia, aumentando los beneficios sociales
y psicológicos que la práctica deportiva tiene en el bienestar de las personas
mayores.
Mejora del estado de ánimo, disminuye la depresión y ansiedad, y
reduce la sintomatología somática. Además, en los mayores con algún tipo de
deterioro físico, la práctica deportiva aumenta la sensación de control y
bienestar durante la realización de los ejercicios.
Son
numerosos los estudios sobre los efectos de la práctica deportiva en las
personas mayores.
En todos
ellos se señala que la práctica de actividades físico recreativas en la tercera
edad ayuda a mantener cuerpo y espíritu jóvenes.
A modo de
conclusión, podemos afirmar que la actividad física en personas mayores mejora
su condición física y psicológica, lo que conlleva una vida más sana, más
equilibrada, más alegre, más activa y más dinámica.
En este
sentido, la práctica de los diversos juegos , deportes adaptados y actividades
culturales son tan vitales como necesarias y no existen contra indicación para
la práctica regular de estas en la tercera edad.
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