Por: Lic. Mario Alexis Ayala P.
Cada vez es mayor la cantidad de niñ@s obesos “gordos” que suelo ver en las instituciones educativas, esta tendencia de que cada vez los niños están engordando es un fenómeno globalizado principalmente en los países de primer mundo de la cultura occidental.
Se está convertido en casi que en una
epidemia en el salvador no se salva de esto por lo que he decidido abordar este
tan importante tema de salud a continuación a fin de que los adultos, y principalmente las
autoridades de educación y los educadores físicos “asumamos nuestra responsabilidad”
en la educación de nuestros niños.
(Los
adultos en nuestros afanes cotidianos no vemos el dolor y lo que sufren nuestros
niños producto de la obesidad pero lo cierto es que los niños producto de esta enfermedad
están sufriendo y tanto ustedes como yo somos responsables de este sufrimiento)
En los últimos veinte años, la prevalencia de
la obesidad en
los niños ha
aumentado bruscamente, especialmente en los países más desarrollados y en los
últimos años en los países sud- desarrollado como el nuestro.
Este se
explica, básicamente, por la alimentación pobre (agravada en nuestro país por
la crisis económica)
y la vida sedentaria, pero también por la presencia de relaciones conflictivas
entre los padres e hijos en los que inciden ciertas pautas culturales propias
de la época, la importancia de la correcta alimentación y del tratamiento
psicológico.
La obesidad en los niños está prevaleciendo
tanto, que casi se podría hablar de una epidemia de proporciones globales.
Se estima que hoy en día, en muchos países,
uno de cada diez niños es obeso al llegar a los 10 años.
Las enfermedades a largo plazo que se ven venir, como consecuencia de esto, están siendo una preocupación en muchos países que ven cada vez más niños acorta edad son obesos, con consecuencias graves para su pleno desarrollo
Las
causas, consecuencias, formas de pensar y vínculos relacionados con la Obesidad
Infantil, para empezar a tratar de cambiar o al menos hacer el intento por
evitar esta enfermedad tan dolorosa y cruel para los niños, debemos al menos comenzar
informándolos y ayudándolos a conocer este mundo en el que tantos pequeños
sufren
¿Que podemos
entender por obesidad infantil?
La obesidad puede definirse como la
acumulación excesiva de grasa en el cuerpo, aunque en realidad es una
enfermedad que implica mucho más que eso: dificultades para respirar, ahogo,
interferencias en el sueño, somnolencia, problemas ortopédicos,
trastornos cutáneos, transpiración excesiva, hinchazón de los pies y los
tobillos, trastornos menstruales en las mujeres y mayor riesgo de
enfermedad coronaria, diabetes, asma, cáncer y
enfermedad de la vesícula biliar son todos problemas asociados al exceso de
peso.
A todos estos trastornos físicos hay que
sumarles los problemas psicológicos provocados por la discriminación social
y las dificultades para relacionarse con los demás que sufre una persona cuya
figura desborda los límites de
la silueta saludable. Además en la infancia el
problema puede ser aún mayor por la angustia que provoca en el niño la
cruel discriminación de
los compañeros del colegio y amigos.
¿Cuándo se
considera que un niño es obeso?
Un niño se considera que es obeso cuando su
peso sobrepasa el 20% de su peso ideal además es evidente (no requiere un método
científico para distinguir un niño “flaco de uno gordo”)
Los niños que comienzan con una obesidad entre
los seis meses y siete años de vida el porcentaje de los que seguirán siendo
obesos en la edad adulta es de 40% mientras para los que comenzaron entre los
diez y trece años las probabilidades son 70%, porque las células que
almacenan grasa (adipositos) se multiplican en esta etapa de la vida por lo cual
aumenta la posibilidad del niño de ser obeso cuando adulto.
Entre los principales factores que intervienen en una obesidad infantil se encuentran:
1- La conducta alimentaria.
2- Consumo de energía.
3- Factores hederitarios.
4- Factores hormonales.
5- Factores psicosociales y ambientales.
Las causas
de la obesidad suelen ser:
Genéticas: se sabe que la obesidad es frecuentemente diagnosticada dentro de las familias. Por ejemplo, hay alteraciones específicas en la vía de la Leptina.
Ambientales: el estilo de vida (dieta y ejercicio) influye considerablemente en la expresión de la obesidad.
Síndrome de Cushing: es una alteración de la
glándula suprarrenal que consiste en el aumento en la producción de
cortisol, lo que lleva a la obesidad.
Hipotiroidismo: la disminución de la hormona tiroidea puede llevar a la obesidad. Esta patología siempre debe descartarse frente a un cuadro de obesidad, sin embargo, es una causa poco frecuente.
Insulinoma: existe muy raramente la presencia de un tumor de insulina, el cual puede llevar a la obesidad.
Alteraciones: Hipotalámicas: ciertos tumores, inflamación o traumas a nivel del Sistema nervioso Central, pueden producir alteraciones en los centros reguladores de la saciedad.
Síndrome de Ovario Poliquístico: es las causas más comunes de la obesidad en la mujer joven. Se asocia a irregularidades menstruales, acné, hirsutismo y resistencia insulínica.
Hipogonadismo: en el hombre, la disminución de la hormona testosterona, aumenta el tejido adiposo y lleva a la obesidad.
Otros: enfermedades cardiovasculares, pulmonares o algunos cánceres pueden ser la causa de la obesidad.
Las
consecuencias de la obesidad infantil:
Existen dos mayores consecuencias de la
obesidad infantil. La primera está relacionada con cambios psicológicos. Ellos
ocurren temprano en la vida e incluyen:
Baja autoestima.
Bajos resultados en el colegio.
Un cambio en la
auto-imagen,
particularmente durante la adolescencia.
Introversión,
a menudo seguida de rechazo social.
La segunda consecuencia guarda relación con el
aumento del riesgo de desarrollar enfermedades o condiciones patológicas. Estas
ocurren a una edad temprana (como por ejemplo aumento en la presión sanguínea),
pero generalmente ocurren en la edad adulta. Ellas incluyen:
Aumento en
la presión arterial (hipertensión).
Aumento de los niveles del colesterol general
(hipercolesterolemia), especialmente del "colesterol malo".
Altos niveles de insulina en la sangre (hiperinsulinemia).
Problemas respiratorios al dormir (apneas de
sueño).
Problemas ortopédicos, especialmente de articulaciones.
El mayor riesgo de la obesidad infantil es el
hecho de que mientras menor sea el niño obeso, mayor el riesgo de desarrollar
las complicaciones arriba señaladas durante el transcurso de su vida.
Tratamientos:
(NO conozco mejor
tratamiento que el buen ejemplo que como
familia y sociedad le podamos dar a nuestros niños)
Las opciones disponibles para el tratamiento
de la obesidad en niños son limitadas.
En adultos con obesidad, hay medicamentos
disponibles para ayudar a suprimir el apetito o que interfiera con la absorción
de grasas.
El uso de estos medicamentos no ha sido
estudiado en poblaciones pediátricas.
En niños obesos, los pilares de la terapia
incluyen dieta y ejercicio, ambos importantes para el control del
peso sea exitoso.
En niños en crecimiento el objetivo del
control del peso es a menudo el mantenimiento del
peso, o sea mantener el peso actual mientras el niño crece en estatura, de esta
manera alcanzando un BMI más apropiado.
Los objetivos de calorías pueden
ser estimados más efectivamente trabajando con un experto en nutrición o educador fisico, quien puede asesorar
a la familia acerca
de dichos objetivos, cómo estimar los tamaños de las porciones, y cómo hacer
las elecciones apropiadas en cuanto a alimentos.
El ejercicio debe consistir de 30 minutos de
actividad aeróbica (caminar energéticamente, nadar, o andar en bicicleta) todos
los días.
(Es necesario que un educador físico los asesores debido a que existen una gran cantidad de factores a considerar antes de prescribir una determinada actividad física)
Las terapias de comportamiento también son útiles en el tratamiento de la obesidad.
La mejor técnica es
que el niño se vigile a sí mismo, manteniendo un diario del ejercicio hecho y
los alimentos comidos.
Si el padre o madre de un niño más grande de
edad trata de regular la dieta, el plan a
menudo falla cuando el niño haya otras maneras de obtener alimentos.
Los cambios en el comportamiento que son
importantes incluyen sentarse a comer en la mesa, en lugar de comer enfrente de
la televisión,
siendo que estudios han mostrado que es más probable que los niños que
miran la televisión consuman
más calorías.
Las comidas deben de ser hechas en un horario
regular, para que el niño aprenda la hora apropiada para las comidas y minimice
los refrigerios entre comidas.
Fortalecer la autoestima y alentar al niño a tratar el control de peso con una actitud positiva también contribuirán a alcanzar el éxito.
Fortalecer la autoestima y alentar al niño a tratar el control de peso con una actitud positiva también contribuirán a alcanzar el éxito.
La obesidad es una cuestión significativa en
nuestra sociedad hoy
día.
Los niños obesos tienden a convertirse en
adultos obesos; las complicaciones por la obesidad incluyen enfermedad
cardiovascular, diabetes, e hipertensión. Un buen cuidado preventivo debe
incluir la identificación de la obesidad, la identificación de cualquier
complicación, y la iniciación del tratamiento.
El
tratamiento debe ser personalizado y para ello debe efectuarse un buen diagnóstico. Las medidas nutricionistas, sicólogos
y educadores físicos a tomar básicamente
son:
Modificar el estilo de vida. (Según prescripción
del sicólogo)
Dieta. (Según prescripción del nutricionista)
Ejercicio. (Según prescripción del educador físico)
Tratamiento Médico según patología específica (en
caso de existir prescripción de medicamentos por parte de los doctores).
Cirugía, para casos refractarios a tratamiento
médico.
¿Cómo se
podría verificar que un niño está con sobrepeso?
El índice de masa corporal (IMC), medido al
menos una vez al año, es una buena manera de diagnosticar el desarrollo de
la obesidad en un niño, como lo plantea el Instituto Francés para la Salud e Investigación Médica
(Junio 2000).
El IMC tiene la ventaja de contabilizar tanto
la altura como el peso del individuo.
En la práctica, señala si un niño está ganando demasiado peso para su altura.
En contraste con los adultos, la cantidad de
grasa en un niño varía fisiológicamente con su crecimiento.
- El gráfico de referencia del IMC muestra que
el peso-por-altura:
Aumenta durante el primer año de vida.
Decrece como a la edad de 6 años por ser éste
el período de máximo crecimiento.
Aumenta de nuevo entre los 7 y los 8 años, lo
que frecuentemente se reconoce como el rebote de grasa.
Medición de
Obesidad:
Para esto se utiliza el Índice de Masa
Corporal (IMC), el cual equivale a:
Peso/talla(kg/mts2)
- El IMC es el índice más utilizado para
definir la obesidad y es útil en la clasificación del riesgo. Sin embargo, este
índice no indica el porcentaje de grasa del organismo, para lo cual debe
complementarse con otras mediciones como: Pliegues, Densitometría y RNM.
Se considera normal un IMC entre 19-25 kgs/mts
².
Se considera sobrepeso a un IMC > 25
kgs/mts ².
Se considera obeso a una persona con IMC >
30 kgs/mts ².
Para calcular el riesgo relativo, según IMC,
existen también algunos factores agravantes que se deben considerar. Estos son:
Índice cintura-cadera elevado (hombre:
0.95, mujer: 0.85),
diabetes mellitus, hipertensión, hiperlipidemia, sexo masculino,
edad < 40.
Relación Cintura / Cadera:
El Índice Cintura / Cadera nos permite definir
el Tipo de Obesidad y su distribución de
obesidad central o abdominal visceral, ya que se ha demostrado que no sólo es
importante cuantificar la grasa sino también su localización.
Diámetro Cintura.
Diámetro Cadera.
Ginecoide ó Glúteo Femoral:
La grasa se deposita de:
Cintura.
Caderas.
Muslos.
Forma de pera.
Androide Central ó Abdominal:
La grasa se deposita de:
Cintura hacia arriba o grasa Abdominal
Visceral.
Forma de Manzana.
Para ver el gráfico seleccione la opción
"Descargar" del menú superior
Efectos del
Ejercicio Físico en el tratamiento de la Obesidad:
El incremento de la actividad física nos va a permitir un aumento de:
Gasto energético.
Estímulo de la respuesta termogénica
aumentando la tasa metabólica en reposo.
Aumento de la capacidad de movilización y
oxidación de la grasa.
Aumenta los transportadores de Glut-4 en
células.
Reduce la resistencia a la insulina.
Mejora la capacidad cardiopulmonar (aeróbico).
Baja la presión arterial.
Disminuye los LDL y aumenta los HDL.
Reducción de
la grasa corporal y aumento de masa magra.
Como pudimos ver hasta ahora, la Obesidad trae
no sólo problemas de exceso, sino muchas otras enfermedades que perjudican a
nuestra vida. También se encuentran los problemas psicológicos y físicos. Todo
esto le sucede a algunos niños en la infancia en la infancia… ¿pero por qué
algunos niños nacen obesos?, ¿cuál es la alimentación correcta para que el niño
no sufra esas consecuencias?... a continuación los informaremos sobre este tema
y sus vínculos relacionados.
¿Mi bebé
será obeso?
Es una pregunta
que en al menos 2 ocasiones me han preguntado
Que un bebé se vea "gordito" o que
esté en el límite superior de su peso a una edad determinada, no quiere decir
necesariamente que ese niño, cuando crezca, va a ser un adulto obeso.
Si se mantiene dentro de los límites, deseados
del peso correspondiente a su edad, según va creciendo, no hay nada que temer:
el niño se desarrolla en la forma en que se supone que lo haga.
A medida que el niño crece, aumenta su consumo de
calorías y por lo tanto, aunque coma más, es posible que siga manteniéndose
dentro de los límites deseables.
Podría ser también que cuando el niño comienza
a caminar, a correr y a interesarse en descubrir su nuevo mundo, que se olvide
de comer.
Igualmente puede pasar por problemas
familiares, problemas en la escuela y
en ese caso, conviene prestar atención y
adoptar una actitud conveniente hacia la comida: hacerla más atractiva, más
nutritiva, etc.
Un Indicador
casi seguro
Un índice casi seguro para
saber si tu hijo será un adulto obeso, es mirar a su alrededor: ¿Qué clase de familia son
ustedes? Si el niño proviene de una familia en que todos son obesos es muy
difícil que el niño vaya a ser delgado. No sólo por herencia,
sino por los hábitos de comida.
Alimentar a tu hijo no es una gran ciencia.
Cada niño es un individuo que ya desde pequeño tiene sus gustos y preferencias. Algunos niños están listos para las primeras cucharadas de cereal a los 4 meses y otros a los 6 meses.
Cada niño es un individuo que ya desde pequeño tiene sus gustos y preferencias. Algunos niños están listos para las primeras cucharadas de cereal a los 4 meses y otros a los 6 meses.
Entre usted y el pediatra pueden tomar la
mejor decisión de cuándo introducir poco a poco frutas, vegetales y carnes.
Consejos de
alimentación después de los 6 meses:
Las frutas y los vegetales cocidos,
aplastados, o de los que ya vienen hechos puré en recipientes de vidrio. Sirve los
vegetales antes de la fruta, porque los niños tienen una tendencia natural a
preferir lo dulce.
La proteína, pollo o carne, debe estar hervida
en agua o
caldo, o aplasta bien una yema de huevo cocida y sírvela una vez al día.
Consejos de
alimentación después de los 9 meses:
Corta los alimentos en porciones pequeñas para
que el niño no se atragante. Una buena selección de
frutas debe incluir plátanos y duraznos maduros. Y los vegetales: zanahorias,
papas, frijoles.
Carnes blandas como pavo y carne guisada.
Permite que el niño coma con los dedos hasta que desarrolle la habilidad manual para
sostener un cubierto.
Consejos de
alimentación después de los 11 meses:
Sirve siempre la mayor variedad posible de
alimentos para que tu hijo se convierta en un adulto que coma de todo, solo que
no abuses con las especias. Es mejor no acostumbrar al niño a comidas muy
cargadas de sabores: mientras más naturales sean los alimentos mejor. Si lo
acostumbras a la variedad, el niño por su cuenta irá ampliando el alcance de
los sabores y las texturas.
La Obesidad Infantil es un verdadero problema,
ya que en un gran porcentaje, el niño obeso será un adulto obeso, con todas las
secuelas que la obesidad conlleva.
(Al respecto es necesario seguir ampliando
pero no es esta temática de lo que se trata este artículo)
¿Por qué
evitar la obesidad infantil?
No
es solo una cuestión de estética. La medicina considera al sobrepeso y la obesidad una enfermedad en sí misma y, a la vez, una causa
importante de otras enfermedades.
La
Organización Mundial de la Salud la considera, de hecho, una epidemia.
Y
los niños, al parecer, no están exentos. La doctora Lizeth Sánchez,
nutricionista, realizó un estudio a escolares de entre 10 y 19 años de edad en
centros públicos y privados de San Salvador, y descubrió que un buen porcentaje
de ellos ya tenían sobrepeso y obesidad.
“Las estadísticas no se diferencian mucho de los países desarrollados”, dice
Sánchez.
Las
implicaciones que esto tiene en la salud de los niños son más graves de lo que
muchos padres piensan.
Las enfermedades crónicas, como
diabetes tipo 2 e hipertensión arterial, se presentan a más temprana edad y
esto aumenta el riesgo de muerte también a temprana edad.
Por
ello, la alimentación balanceada y vigilada por los padres es fundamental desde
muy temprana edad.
Acostumbrar
a los niños a las frutas y verduras desde sus primeros alimentos es una de las
claves para evitar la obesidad y el sobrepeso.
La
alimentación en la época escolar debe ser supervisada de cerca por los padres,
y más si la comida no se prepara en casa. La doctora también advierte sobre la
importancia de propiciar las actividades al aire libre, los ejercicios y el
deporte en los niños.
A manera de conclusión
Mientras los menores no aprendan a
disfrutar de vegetales, frutas, granos enteros y aumenten sus actividades
físicas, es difícil que haya logros para reducir su obesidad
“Es un problema que atañe a toda la familia y la sociedad, es
importante limitar el tiempo que se pasa frente a la televisión, la computadora
o los juegos de video”.
También es importante que los padres
revisen sus hábitos alimenticios y que apoyen a los menores en lograr una
reducción de su peso.
El proceso será más rápido y fácil si
la familia ayuda. El cambio más fácil para lograr una dieta saludable es la
limitación de grasa. Antes de optar por una dieta, consulte con su médico. Las
dietas para menores son diferentes a las de los adultos.
Incremente las actividades familiares
al aire libre. Salga con su familia a las montañas, a la playa o al parque;
haga que los niños caminen y corran. Si es posible, inscriba a sus hijos para
practicar un deporte o danza, en clubes de montañismo o para practicar el
ciclismo. Si su presupuesto o su tiempo son limitados, organice sesiones de
ejercicios en su casa, se puede correr en un mismo lugar. Sustituya los antojos
“chatarra” con zanahorias, jícamas, pepinos, que no tienen una gota de grasa y
sí mucha fibra. Antes de la comida, prepare a la familia una ensalada con
verduras crudas. Ayudará a disminuir el hambre y a consumir menos cantidad de
comida. Sustituya los aderezos por jugo de limón y unas gotas de aceite de
oliva. Recuerde que se puede cocinar con muy poca o nada de grasa. El aceite no
mejora el sabor de los alimentos.
Los padres que comen saludablemente
son excelentes modelos para sus hijos.
Es necesario que los niños y su
familia lleven un programa de control de peso para combatir la obesidad, donde
pueden destacar las siguientes medidas:
Cambio de hábitos alimenticios, comer
más despacio.
Desarrollo de nuevas rutinas y
consumo de alimentos no grasos. Evitar comidas rápidas o “chatarra”.
Reducir las porciones y consumir
menos calorías.
Incrementar la actividad física,
especialmente caminar, tener un estilo de vida activo.
Saber qué come el niño en la escuela,
es común que ahí se vendan alimentos grasos o azucarados.
Hacer comidas familiares en lugar de
cenar enfrente de la televisión.
No usar la comida como premio.
Limitar los antojitos, refrescos,
comida de preparación rápida.
Evitar el uso de píldoras para perder
peso.
Asistir a un grupo de apoyo.
San Salvador 25 de Abril de 2012
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