“Apuntes
sobre la influencia de la actividad física en los niños”.
Por: Lic. Mario Alexis Ayala P.
Especial para los padres de los niños que se inician en
cualquier tipo de actividad física
Constante mente algunos padres de familia me preguntar sobre, temas relacionados a la influencia de la actividad física en sus hijos y es así que he decidido crear este articulo en formas de pregunta que vendrían a ser respuestas (breves) de varias de las interrogantes que los padres me suelen realizar.
¿Crece más el niño o se queda pequeño que hace actividad física?
No. La
estatura de un niño bien alimentado está regulada, principalmente, por su
herencia genética y las gandulas de crecimiento. Ningún niño crecerá más de lo
que esté establecido en sus genes.
¿Cómo pudira dejar de crecer un niño que practica un deporte?
En
principio, de dos formas:
Desarrollando
un cuadro de anorexia nerviosa/ bulimia: mantener un peso corporal y un
porcentaje graso bajos forman parte de la preparación física de muchos
deportes (gimnasia, ballet,…). Deportistas jóvenes que todavía están
creciendo pueden seguir dietas drásticas, en muchos casos muy bajas en
calorías, que no aportan las necesidades mínimas de carbohidratos, proteínas,
hierro y otros nutrientes, y pueden encontrarse con problemas derivados de su
bajo peso corporal. En el grupo de población de chicas adolescentes que se
adhieren a este tipo de dietas se da una mayor incidencia de anorexia
nerviosa y bulimia. Este tipo de alteraciones en los hábitos de alimentación,
mucho más frecuentes en las chicas, también puede acompañarse de una pérdida
de parte del potencial de crecimiento estatura establecido genéticamente.
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Usando
algunos medicamentos para mejorar el rendimiento físico: especialmente los
esteroides anabolizantes. Con el consumo de esteroides anabolizantes se busca
mejorar el tamaño y la fuerza de los músculos. Sin embargo, estos esteroides
son particularmente dañinos en el deportista joven que todavía no ha
completado su crecimiento.
En el
adolescente, uno de sus efectos secundarios más preocupante es el cierre
prematuro de las epífisis (la zona donde crecen los huesos), con lo que
evidentemente queda comprometido su potencial de crecimiento estatural.
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¿Es más delgado el niño que hace deporte?
Sí. Se ha
visto que los niños deportistas tienen un menor porcentaje graso, en relación
con los no deportistas, fundamentalmente debido a un mayor gasto de energía diario,
y a veces también debido a que siguen una dieta. Por sexos, en los varones
deportistas y no deportistas se observa un descenso en el porcentaje graso
durante la adolescencia, aunque los deportistas tienden a tener un porcentaje
graso menor. En las chicas deportistas, durante la adolescencia no se observa
el aumento del porcentaje graso corporal que se observa en las no
deportistas.
¿Cómo madura los huesos de un niño?
La
maduración ósea es, quizá, el mejor método para la valoración del estado de
maduración (o edad biológica) de un niño.
El progreso
de maduración del esqueleto (los huesos más estudiados tradicionalmente han
sido los de la mano y muñeca izquierda) puede ser monitorizado, y su evolución
fácilmente controlada y evaluada mediante la estandarización de placas de rayos
X.
La edad ósea
de un niño se relaciona siempre con su edad cronológica, y con ello se sabe si
un niño tiene una maduración ósea adelantada, retrasada o está en la media.
Básicamente,
por ejemplo, se compara la radiografía de un niño con unos modelos estandarizados
de desarrollo para una edad concreta. De tal modo que si la radiografía de un
niño de 7 años se ajusta con la radiografía estándar para niños de 8 años, la
edad ósea de ese niño es de 8 años.
Un niño cuya
edad ósea esté en más o menos un año con relación a su edad cronológica estará
dentro del grupo clasificado como de madurez dentro de la media. Cuando la edad
ósea sea mayor de un 1 año con relación a su edad cronológica será clasificado
como de madurez temprana o avanzada. Y cuando la edad ósea sea menor de un 1
año con relación a su edad cronológica será clasificado en el grupo de madurez
tardía o retrasada.
¿El ejercicio físico influye más sobre la maduración ósea de un niño?
Estudios con
niños que entrenaban habitualmente en diferentes deportes (gimnasia, tenis,
ciclismo, remo…) indican que el proceso de maduración ósea no se ve afectado
por el entrenamiento deportivo.
Otra cosa
diferente es que para destacar en algunos deportes "sea necesario"
que esa maduración ósea esté adelantada o retrasada. Por ejemplo, se ha visto
que las chicas que destacan en ballet, gimnasia y atletismo tienden a presentar
una edad ósea retrasada, mientras las nadadoras de élite, en general, presentan
una edad ósea algo avanzada con relación a su edad cronológica.
Por su parte,
los chicos que destacan en el beisbol, atletismo, natación, ciclismo y remo
presentan, en general, una edad ósea avanzada respecto a la edad cronológica.
¿El músculo de un niño/adolescente que entrena regularmente se adapta igual que el de un adulto?
Parece ser
que los efectos del entrenamiento físico sobre el tejido muscular del
adolescente que está creciendo van en la misma dirección de los observados en
los adultos jóvenes.
Estos
cambios son específicos del tipo de programa de entrenamiento, pero en los
adolescentes se observa generalmente, por ejemplo, una hipertrofia muscular
después de entrenamiento de fuerza, un aumento en la actividad de la SHD
(enzima muscular típico aeróbico) con el entrenamiento de resistencia aeróbica,
y un aumento de la actividad de la PFK (enzima muscular típico anaeróbico) con
el entrenamiento de velocidad; es decir, unas adaptaciones musculares similares
a las que se observa en el adulto.
Sin embargo,
en niños preadolescentes estas adaptaciones musculares pueden no manifestarse,
o manifestarse de forma menos evidente; por ejemplo, un niño de 11 años que
sigue un entrenamiento de resistencia aeróbica, en sus fibras musculares se
observa que aumenta tanto la concentración de la enzima SDH (enzima típica
aeróbica), como la de la PFK (enzima típica anaeróbica).
¿Se puede modificar el tipo de músculo en un niño que sigue un entrenamiento específico (aeróbico, velocidad…)?
No está nada
claro que en un deportista de estas edades pueda modificarse el tipo de
músculo, es decir la distribución del tipo de fibra (I, IIa, IIb), como
resultado del entrenamiento físico.
En general,
la madurez de una persona se mide habitualmente usando uno o más de los índices
con que se mide la madurez somática, la madurez ósea o la sexual.
¿Cómo se valora la maduración sexual de un niño?
Por medio
del estudio del desarrollo de los caracteres sexuales secundarios; es decir,
por medio del desarrollo del pecho y menarquía (la primera regla) en chicas,
del desarrollo del pene y testículos en niños, y del vello pubiano en ambos
sexos.
El estudio
del desarrollo de los caracteres sexuales secundarios se resume habitualmente
en 5 estadios para cada uno de ellos.
El estadio 1
indica un estado prepuberal, es decir ausencia de desarrollo en ninguno de los
caracteres sexuales descritos, y el estadio 5 está relacionado con el estado
adulto.
Aunque la
elevación inicial de los pechos es habitualmente el primer signo evidente de
maduración sexual en chicas, la menarquía (el primer período menstrual) es el
indicador de madurez más comúnmente utilizado en las mujeres púberes. En el
niño, el agrandamiento inicial de testículos es el primer signo más común de
maduración sexual.
Si asumimos
que la edad media de la menarquía en una población es 13 años, aquellas chicas
cuya edad de menarquía esté comprendida en más o menos ± un año de esta edad
(esto es, entre los 12 y 14 años) son clasificadas como de madurez dentro de la
media.
Las chicas con
una edad para la primera regla por debajo de los 12 años son clasificadas como
de madurez temprana, y las que estén por encima de los 14 años son clasificadas
como de madurez tardía.
¿El ejercicio físico influye sobre la Maduración Sexual de los niños?
La mayor parte
de los estudios publicados sobre este asunto se refieren a la edad de aparición
de la primera regla en las chicas que practican deporte, comparada con la de la
población en general.
Y estos
estudios han encontrado que el entrenamiento físico se acompaña de un retraso
en el comienzo de los ciclos menstruales.
Por ejemplo,
la edad de la menarquía en las chicas americanas sanas es, de media, a los 12.5
años, mientras que en las deportistas la menarquía comienza a los 13.5 años o
incluso más tarde.
Sin embargo,
¿este retraso de la primera regla en las deportistas es consecuencia directa
del entrenamiento físico?
Existe una
teoría muy extendida y generalmente aceptada que relaciona la aparición de la
primera regla con la existencia de un peso corporal "crítico" o de un
porcentaje graso mínimo; es decir, teóricamente una chica necesitaría un peso
(48Kg) y un % graso (17%) mínimos para ser capaz de concebir y ser madre. El
entrenamiento físico previene o retrasa que muchas deportistas alcancen este
umbral…
Además de
las dietas y de la pérdida de peso, existen otras variables relacionadas con
factores genéticos, con el estrés psicológico y con él sobre entrenamiento que
también pueden contribuir a este retraso en la aparición de la primera regla.
En muchos casos,
este retraso puede tener un origen en varias de estas posibles causas.
¿Un niño con una madurez adelantada tiene ventaja cuando compite
con otro niño que presenta una madurez retrasada?
Sí. En
general, el rendimiento físico del niño está relacionado con su madurez
biológica; por ejemplo, se sabe que la edad ósea predice mejor el rendimiento
físico que la edad cronológica.
Una madurez
adelantada influye positivamente sobre diferentes variables relacionadas con la
aptitud física: se asocia a niños más altos, con una mayor masa muscular y un
mayor volumen cardiaco; todo lo cual ejerce un efecto positivo en el desarrollo
de la potencia aeróbica, de la fuerza muscular y de la resistencia aeróbica.
¿Esta ventaja "biológica" es igual para los niños y para
las niñas?
No. Esta
asociación es más manifiesta en los chicos que en las chicas. En los chicos,
antes de la pubertad, la asociación maduración biológica- rendimiento físico es
modesto; mientras que entre los chicos de 13 y 16 años de edad esta relación tiende
a ser más marcada. Por el contrario en las chicas la asociación madurez ósea y
sexual- rendimiento físico es baja, y en muchos casos negativa.
Una posible
explicación a estas diferencias entre sexos podría estar relacionada con el
mayor aumento de tamaño de la masa muscular en el niño, como consecuencia de la
pubertad, comparado con un mayor incremento del porcentaje graso en las niñas.
El peso del
músculo de los niños pre púberes supone sólo alrededor del 25 a 30% del peso
total, mientras que con la pubertad, como consecuencia de la influencia
hormonal (testosterona), este porcentaje sube hasta un 40- 45% en comparación
con alrededor de un 35 a 38% en las chicas. La ganancia de grasa en las niñas
no contribuye a incrementar el VO2max, ni la fuerza o la potencia, como lo hace
el incremento de músculo en el niño.
Este hecho,
junto a una mayor concentración de SHD (enzima típica aeróbica) en las fibras
de los músculos activos de los chicos y a unos niveles inferiores de
hemoglobina en sangre de las chicas, entre otros posibles factores, puede
explicar en gran parte el "deterioro" del rendimiento físico de las
chicas en comparación con los chicos.
¿Cómo se desarrolla la fuerza máxima en el niño?
Si tomamos
como índice de madurez el PHV (madurez somática), la fuerza máxima ocurre
después de los picos en la velocidad de crecimiento de la estatura en los
chicos; sin embargo, el patrón de desarrollo de la fuerza máxima en chicas no
es tan evidente; el pico de desarrollo de la fuerza máxima ocurre más frecuentemente
después del PHV, pero existe una variación considerable.
Se ha
estudiado a chicos con un rango de edad entre los 10 y los 18 años, mediante
diversos tests (salto vertical, flexiones de brazos, salto horizontal y otros),
para analizar la relación entre los resultados de estos tests de fuerza y de
rendimiento motor y la edad del PHV. Los resultados indican que la mejora es
más evidente justo antes o inmediatamente después de alcanzar el pico de
velocidad de incremento en la estatura.
¿Cómo se desarrolla la potencia aeróbica máxima (VO2max) en el niño?
Si tomamos
otra vez como índice de madurez el PHV (madurez somática), los resultados en
chicos son razonablemente consistentes: el VO2max, medido en valores absolutos
(lO2/min), comienza a aumentar alrededor de 5 a 6 años antes del PHV y continua
aumentando durante el "estirón" puberal.
El VO2max,
medido en valores relativos (mlO2/Kg/min) generalmente comienza a declinar
alrededor de 1 año antes del PHV. En las niñas, el VO2max, medido en valores
absolutos (lO2/min), también comienza a aumentar varios años antes del PHV y
continúa incrementándose durante varios años después del mismo. Los resultados
de la medición de los valores relativos del VO2max (mlO2/ Kg/ min) son más
variables. Comienzan a descender, generalmente, de 2-3 años antes del PHV y
continúa descendiendo a lo largo del "estirón" puberal.
¿Cómo se desarrolla el umbral anaeróbico en el niño?
El umbral
anaeróbico, tal y como se define en estos momentos, depende de la acumulación
de lactato en la sangre.
Diversos
estudios sobre el umbral anaeróbico en niños indican que en niños y niñas entre
los 6 y los 12 años, el umbral anaeróbico (4 mmol/l) se encuentra en un 50% del
VO2max, lo que representa 20 a 35mlO2/Kg/min. En general, los niños tienen un
umbral anaeróbico más elevado que las niñas en todas las edades estudiadas.
¿Cómo se desarrolla la capacidad de trabajo anaeróbico en el niño?
Los niveles
de lactato en sangre han sido utilizados habitualmente como un indicador del
metabolismo anaeróbico; se asume que una mayor producción de ácido láctico en
el músculo se acompaña de un incremento paralelo de lactato en sangre, y que
cuanto mayor sea el pico de lactato en sangre, mayor será la capacidad de esa
persona para trabajar anaeróbicamente. En niños de 11 años, el nivel de lactato
después de un ejercicio máximo no supera los 7.5- 8mmol/l (un adulto muy
entrenado puede llegar a los 20- 25mmol/ l). Es decir, la vía de la glucolisis
anaeróbica no está completamente desarrollada en estas edades, por lo que los
niños tienen una menor potencia anaeróbica, expresada en valores absolutos o
relativos. Con la edad esta vía de la glucolisis anaeróbica madura y se produce
un significativo aumento en la concentración máxima de lactato en sangre,
alcanzado los niveles del adulto a los 13- 16 años.
Es una idea
generalmente aceptada que la actividad física regular, incluyendo el
entrenamiento deportivo, es importante para conseguir un normal crecimiento y
maduración del niño.
Sin embargo,
en las últimas décadas, a raíz del significativo incremento observado en el volumen
e intensidad de entrenamiento de los jóvenes que practican deporte de
competición, se ha producido una señal de alarma provocada por la inquietud que
despierta en padres, educadores y científicos los posibles efectos negativos de
este tipo de entrenamiento en el desarrollo y maduración de estos niños.
Así, en un
comunicado conjunto de la Asociación Americana de Medicina del Deporte y de la
Asociación Americana de Dietética se puede leer: " algunos programas para
la mejora de la aptitud física podrían ser perjudiciales para los adolescentes
si conllevan un tipo de ejercicio intenso y prolongado y/o un porcentaje graso
corporal muy bajo para optimizar sus márgenes competitivos…. Estos regímenes
podrían retrasar la maduración sexual, disminuir el crecimiento óseo y, con
ello, la estatura…". Es decir, parece existir un punto a partir del cual
el ejercicio "excesivo" podría impedir el crecimiento establecido
genéticamente para una persona y su normal desarrollo.
¿Dónde está la frontera entre el ejercicio físico saludable y el ejercicio físico perjudicial para la salud?
Por ahora,
es muy difícil trazar una frontera entre estos dos tipos de actividad física
pero bien podemos tomar como parámetro que.
"Hasta
que puedan ser definidos los límites de rango de ejercicio saludable debería
prevalecer el sentido común".
¿Es aconsejable que un niño o un adolescente entrenen la
fuerza?
Durante
décadas el tema del entrenamiento de fuerza en niños y en adolescentes ha sido
un asunto controvertido.
Para una
gran parte de la comunidad médica y científica, el entrenamiento de fuerza en
estas edades no era recomendable por dos razones: 1º) se creía que su bajo
nivel de andrógenos (testosterona) impediría, teóricamente, el desarrollo de la
fuerza; y 2º) se temía que en este grupo de población, el entrenamiento de
fuerza favorecía la aparición de lesiones musculo esqueléticas.
Sin embargo,
en los últimos años numerosas organizaciones científicas y profesionales como
la Asociación Americana de Medicina del Deporte, la Asociación Americana de
Pediatría, la Asociación Americana para el Acondicionamiento Físico y la
Fuerza, y el Comité Olímpico Americano han preconizado los beneficios del
entrenamiento de fuerza en jóvenes, debido a los resultados positivos encontrados
en estudios recientes que muestran cómo siguiendo ciertas pautas de
entrenamiento racional, los niños y adolescentes pueden aumentar su fuerza
muscular sin riesgo para la salud.
¿El entrenamiento de fuerza también
puede ayudar a prevenir diferentes enfermedades en los niños?
Sí. Desde un punto de vista de salud, la práctica de un deporte
(incluyendo los deportes de velocidad/ potencia y fuerza) es una herramienta
muy útil para prevenir el consumo de drogas y el desarrollo de enfermedades
como la obesidad, las enfermedades cardiovasculares y la osteoporosis (Ver
siguiente apartado).
No obstante, hay que insistir en lo que
señalan diferentes autores y organizaciones que advierten que cuando la carga
del entrenamiento es "excesiva",
se puede producir una alteración de las hormonas que intervienen
simultáneamente en el crecimiento, la maduración y la respuesta al estrés
provocada por el entrenamiento.
En este
caso, una carga "excesiva" de entrenamiento podría tener efectos
adversos en los procesos fisiológicos anabólicos comprometidos con las
adaptaciones de los tejidos a la actividad física, al crecimiento y a la
maduración.
Por ejemplo,
resulta sorprendente observar que aquellas chicas que desarrollan períodos de
amenorrea secundaria durante su carrera deportiva son más propensas a
desarrollar osteoporosis y enfermedades cardiovasculares, en comparación con
otras deportistas que mantienen sus ciclos menstruales.
Sugerencias y/o comentarios favor envíemelos a las siguientes
direcciones electrónicas.
San Salvador 06 de Agostos del 2012
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